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COLEGIO Nª Sª DE LA ANTIGUA
Monforte de Lemos

     

Es propiedad de la Fundación “Colexio Nosa Señora da Antigua, Monforte de Lemos”. Lo manda construir el Cardenal D. Rodrigo de Castro Osorio (1523-1600), es hijo de la III Condesa de Lemos Dª Beatriz de Castro[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][1], Los jesuitas, miembros de la Compañía de Jesús, fueron los escogidos, desde el principio para no sólo dirigir la construcción de la iglesia y edificio restante, sino para regentar el Colegio. Estarán aquí hasta 1767 en que son expulsados por orden de Carlos III. Fue una orden perentoria, que no les permitió llevarse nada a los 11 religiosos que residían aquí. Su estancia duró 174 años. Se quiso borrar todo vestigio de los jesuitas y eso explica que su anagrama (JHS) fuese borrado o rascado de todos los sitios donde aparecía: retablo, púlpito, claustro, puertas exteriores.

Desde entonces y hasta 1873, que vienen los escolapios, el Colegio del Cardenal[2] fue dedicado con más o menos fortuna a diversos cometidos: Real Seminario, Centro Real Colegio de Humanidades y Bellas Artes, Instituto Provincial de Lugo. Este periodo duró 106 añ El edificio quedó hecho una ruina. En palabras del arquitecto D. Francisco Pérez de los Cobos, comisionado por el Patronato, resume la situación en un informe, en que dice:  “El edificio, tal como está hoy, está completamente inhabitable y sorprende verdaderamente que haya siquiera un alumno que venga a buscar la enseñanza en un Colegio en esas condiciones. Hay bóvedas vencidas, muros desnivelados, toda la techumbre amenaza desplomarse; dos patios, uno en ruinas y el otro sin terminar, no dejan lugar a dudas de que en un plazo muy breve el edificio desaparecerá y con él la enseñanza

En 1863 se hacen cargo de la gestión del colegio los PP. Escolapios, que rematan el edificio inacabado, lo mejoran, y lo gestionan hasta nuestros días.

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