La siguiente edición se presentaba complicada. Después de la gran historia de Anabel Soto presentada el año anterior, no parecía fácil encontrar algo original pero a la vez realizable en uno o dos días de rodaje, que era una limitación propia de la exigencia del proyecto.
Sin embargo, tras darle muchas vueltas, se consiguió definir una historia que a la postre tendría mucha fuerza y de la que finalmente nos sentimos muy orgullosos, por aportar al argumento una concepción muy original a la del típico internado fantasma o misterioso, del que no desvelamos nada más, a fin de evitar los tan temidos «spoilers».
El rodaje, esta vez, tuvo lugar en dos días, por cuanto tuvimos que rodar en el claustro la víspera de su recubrimiento total para varios eventos veraniegos, lo que iba a desvirtuar totalmente su presencia en el corto, que se nos antojaba fundamental. No obstante, los chicos de Amanita Films, con Iván Patiño al frente, permitieron separar el rodaje en dos jornadas para facilitar su puesta en escena, y así fue.
Todos los participantes en el corto cumplieron las expectativas, a pesar de las dificultades propias de llevarlo a cabo en tan poco tiempo.
Con este resultado, nuestros chicos nunca serán OLVIDADOS: